De Santo Domingo a Nueva York... pero no de vacaciones
La DNCD y la Procuraduría General de la República acaban de marcar otro punto en la lucha contra el narcotráfico. Y esta vez, el protagonista no fue un político ni un artista urbano: se trata de Joaquín Núñez Díaz, un dominicano solicitado por un tribunal federal en Nueva York por presuntamente importar más de cinco kilogramos de cocaína a territorio estadounidense.
El hombre fue extraditado este jueves desde el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA), donde agentes de la DNCD lo entregaron oficialmente a los U.S. Marshals, como parte de un proceso coordinado entre las autoridades dominicanas y norteamericanas. Un viaje sin escala… directo a rendir cuentas ante la justicia gringa.
¿Quién es Joaquín Núñez Díaz y por qué lo buscan?
Según el expediente judicial, Núñez Díaz no es ningún improvisado. El tipo estaba siendo investigado desde hace tiempo por su presunta participación en una red dedicada al tráfico internacional de drogas, con operaciones que apuntan directamente a Nueva York.
El caso está bajo la jurisdicción del Distrito Sur de Manhattan, uno de los tribunales más temidos en temas de crimen organizado. Allí se le acusa de formar parte de una asociación delictiva y de importar más de cinco kilos de cocaína, lo que en términos legales equivale a un lío del tamaño del Empire State.
Lo atraparon en Santo Domingo Este
El hombre fue capturado en el sector Mi Hogar, en Santo Domingo Este, durante un operativo de búsqueda y captura. La orden vino directamente de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, y su extradición fue aprobada mediante el decreto presidencial 261-25.
La operación fue ejecutada sin ruido, pero con precisión quirúrgica. No hubo disparos ni persecuciones de película, pero sí una logística de seguridad digna de una extradición internacional.
Una extradición que fortalece alianzas
Las autoridades dominicanas no se guardaron nada. En un comunicado oficial, la Procuraduría General destacó que esta entrega forma parte del compromiso del país con la cooperación internacional en temas delicados como el narcotráfico, el lavado de activos y la criminalidad organizada.
En palabras simples: RD está jugando en equipo con sus aliados, y cuando a uno de sus hijos se le va la mano, se le pasa la factura sin miedo.
¿Y ahora qué le espera a Núñez Díaz?
Ahora, el proceso pasa a manos de la justicia estadounidense. Allá no hay “cotorra” que valga ni juez “amigo”. Si los fiscales del Distrito Sur prueban su caso, la condena podría ser de décadas tras las rejas.
Para Núñez Díaz, la luna de miel con el negocio terminó. Y como dicen en los barrios: “el que juega con fuego, termina quemao”.
¿cuántos más?
Este caso no es el primero, ni será el último. Pero sirve como recordatorio de que el narcotráfico no es un juego y que tarde o temprano, la justicia –aquí o allá– toca la puerta.
Y si bien es cierto que hay muchas grietas en el sistema, cuando se coordinan las instituciones y se hace el trabajo como debe ser, los resultados se ven.
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