El respaldo que mueve fichas en el sector de los juegos de azar
En República Dominicana, hablar de loterías y juegos de azar es hablar de una costumbre tan antigua como echar un numerito en la esquina. Pero detrás de cada jugada hay un sector enorme que mueve dinero, ilusiones y, claro, también necesita reglas claras.
Por eso no pasó desapercibido el anuncio del Consejo Consultivo de la Lotería Nacional, que salió a respaldar con fuerza el proyecto de ley presentado por el presidente Luis Abinader. La iniciativa busca crear la Dirección General de Juegos de Azar, un nuevo organismo encargado de supervisar y poner orden en un mercado que hasta ahora ha tenido más de una sombra.
¿Qué significa este respaldo?
El Consejo no solo aplaudió la propuesta: también le pidió al Congreso que se lo tome en serio y la apruebe. En palabras más sencillas, dijeron que la medida es necesaria para darle más transparencia y control a un sector donde, si no hay reglas claras, se presta a trampas y desorden.
Entre los firmantes del documento figuran nombres de peso como el arzobispo Francisco Ozoria, el monseñor Jesús Castro Marte, el economista Bernardo Vega, y el coordinador Teófilo Quico Tabar, entre otros. Es decir, no estamos hablando de un simple apoyo simbólico, sino de un espaldarazo con bastante autoridad.
Un paso hacia la transparencia
La idea de crear la Dirección General de Juegos de Azar no es solo tener otra oficina en el gobierno. Lo que se busca es un ente con poder real para:
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Establecer controles más estrictos.
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Garantizar transparencia en las operaciones.
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Aplicar sanciones efectivas en caso de violaciones.
En buen dominicano: la meta es que el negocio del azar no se convierta en una selva donde cada quien hace lo que quiere.
Impacto en jugadores y en la sociedad
¿Y esto cómo afecta al que juega su quiniela diaria o su palé de confianza? En principio, la idea es positiva. Una regulación clara puede ayudar a que las loterías funcionen con mayor seguridad y a que los jugadores tengan más confianza en los resultados.
Además, si el Estado tiene un mejor control, también se asegura de que los beneficios lleguen donde tienen que llegar, en lugar de perderse en manos equivocadas.
El mensaje al Congreso
El Consejo fue directo: exhortó a los legisladores a que estudien la pieza “con seriedad”, para que el país cuente con un instrumento que garantice reglas claras, transparencia y sanciones adecuadas.
En otras palabras, el juego seguirá siendo parte de la cultura dominicana —porque eso no se quita—, pero con un marco legal que proteja tanto al jugador como a la sociedad.
El apoyo del Consejo Consultivo a este proyecto no es poca cosa. Marca un precedente y abre la puerta a un cambio importante en la forma en que se maneja el sector de los juegos de azar en República Dominicana.
Queda en manos del Congreso decidir si este nuevo capítulo se escribe pronto o si habrá que seguir esperando. Por lo pronto, la pelota está en su cancha.